El CPR Montesol de Vigo realiza un trabajo de investigación para el concurso de ciencia de Voz Natura
Avanza el curso y avanzan los centros que participan en el concurso de ciencia que organiza Voz Natura, y cuyo plazo de entrega de trabajos remata el 30 de abril.
Este curso, Voz Natura -iniciativa de La Voz de Galicia y la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre, y que cuenta con el apoyo y respaldo de la Xunta, la Diputación de A Coruña, la Fundación Alcoa, El Corte Inglés, la Fundación Ramón Areces e Inditex- dedica su edición al uso de la ciencia y el método científico para proteger el medio ambiente. De ahí derivó en enero la convocatoria de un concurso de ciencia, con dos categorías: microexperimento, y estudio o investigación.
Lo sabe muy bien Cristina Díaz Prego, y lo sabe muy bien porque su centro, el CPR Montesol de Vigo, ha sido uno de los que ya ha entregado su trabajo. Ella, humilde, ni siquiera cita en la conversación que en su currículo figura uno de los capítulos de un libro muy bien conceptuado en el sector, Pensar científicamente. Problemas sistémicos y acción crítica.
«Participamos en el concurso con una investigación centrada en reciclaje y cuidado del medio ambiente, con un enfoque en agua y papel», manifiesta la profesora, quien especifica: «Busca concienciar sobre la protección del agua, estudiando su purificación y filtración, y sobre el impacto del consumo de papel, promoviendo el reciclaje».
Cristina Díaz atribuye el mérito a «un total de cuarenta de nuestros estudiantes de 4.º de ESO, que construyeron, utilizando metodologías activas de trabajo colaborativo, un diseño con elementos reciclados para uso en reciclaje y depuración».
Como todo el mundo que se presenta a un certamen, la ilusión y el deseo de ganar están presentes, pero en este caso el objetivo es también que los alumnos sean agentes de cambio, desarrollando conciencia crítica y aportando soluciones mediante investigación, análisis y comunicación de resultados.
El CPR Montesol es un centro educativo que mantiene el compromiso de inculcar y concienciar a sus alumnos para conseguir, entre todos y cada uno de nosotros, un planeta sostenible conociendo las leyes científicas que rigen la naturaleza, hacer hincapié en un consumo responsable y valorar el respeto, la responsabilidad, la solidaridad, la gratitud y la persistencia para preservar y cuidar el medio ambiente.
Este colegio ha destacado siempre por acciones directas en esa línea. Por ejemplo, funciona, y muy bien, su huerta escolar intergeneracional: desde el 4 de febrero hasta el 17 de junio se lleva a cabo una innovadora actividad en la cual los abuelos comparten experiencias y conocimientos con sus nietos, alumnos de Educación Infantil y de los primeros cursos de Primaria.
También realizan actividades de reciclaje y separación de residuos, consumo responsable, reforestación y limpieza de montes y todavía tienen tiempo para llevar a cabo limpiezas de un arenal de su entorno. Con esta actividad «no solo contribuimos a eliminar desechos, sino que también fomentamos una mayor conciencia ambiental en nuestra comunidad», dice la profesora Cristina Díaz, que remata, infatigable y optimista: «Cada bolsa de basura recogida es un paso para inspirar a otros a adoptar hábitos más sostenibles, y un recordatorio de la importancia de cuidar nuestro planeta y valorar la riqueza de nuestros ecosistemas».